Las intervenciones suspendidas, dos de ellas prótesis, eran con autotransfusión ya que este tipo de operaciones requieren sangre con lo que se pone la misma de los pacientes sin que haya problema de rechazo ni de infecciones. Sin embargo, la situación de los quirófanos determinó que algunos facultativos decidieran no intervenir ante el riesgo de una infección de las prótesis «porque el bloque quirúrgico no guarda la esterilidad que debiera por las goteras permanentes».
Los servicios técnicos acabaron ayer con las obras y la actividad quirúrgica se pudo reanudar, aunque la obra realizada no es suficiente dado el estado de las instalaciones. «Esto es pan para hoy y hambre para mañana», comentaron fuentes del hospital, ya que se ha cambiado una parte de las tuberías pero no toda la instalación. Además, fuentes hospitalarias aseguraron que «hay goteras continuamente y las mamparas de aislamiento de las obras con los quirófanos no quedaron estancos», con lo que se puso en tela de juicio la esterilización de los quirófanos.
Los médicos consultados lamentaron «la incapacidad de la actual gerente, María Àngeles Leciñena, para acometer las obras previstas para Eivissa», ya que su antecesor contemplaba la reforma de los quirófanos.
Can Misses dispone de cuatro quirófanos, tres de ellos programados y uno de urgencias, y una sala de curas, fuera del bloque quirúrgico, habilitada para cirugía menor para extirpar quistes o verrugas. La actividad programada fue suspendida, aunque no las urgencias.
El temor a infecciones preocupa a los médicos, ya que hace tres años se hizo una prueba de aspergillus en los quirófanos y salió positivo. Los facultativos no quieren que vuelva a suceder por lo que quieren que se haga ese tipo de análisis.
Un portavoz de Can Misses aseguró ayer que se comunicó esta situación al comité salud laboral y de infecciones.