San Cristòfol Cananneo celebró su santo como cada año en la
localidad de es Canar. Las celebraciones comenzaron a las doce del
mediodía con una misa solemne. La eucaristía en honor del santo fue
oficiada por el párroco de Sant Carles, un hombre cercano y
sencillo que, consciente del sofocante calor, afirmó: «En época de
melones, cortos son los sermones». La misa estuvo amenizada por el
coro de Sant Carles. Entre los asistentes, destacó la presencia de
Pere Palau, nuevo presidente del Consell; Enrique Fajarnés,
vicepresidente de la misma institución; Vicent Guasch, alcalde de
Santa Eulària; y otros políticos relevantes de la isla. Tras la
ceremonia, el párroco se dirigió a bendecir los carros que iban a
desfilar. Más de uno de los presentes lo fue también entre bromas y
risas.
Las fiestas de es Canar, antaño familiares, se han adaptado a los
nuevos tiempos para poder llegar a todos. Vicent Guasch explicaba
que «con la llegada del turismo es necesario hacer partícipes a los
turistas extranjeros, ya que son ellos los que nos dan de comer».
Los extranjeros tuvieron una misa campestre en inglés en la Plaza
dela localidad.
El desfile de carros, la banda de música y las majorettes de Santa
Eulària hicieron las delicias de los numerosos curiosos que se
quedaban asombrados a su paso. La celebración no estuvo exenta de
anécdotas propiciadas por el asfixiante calor. Algún que otro
desmayo, un chapuzón en la playa y mucha humedad fueron las
constantes en la celebración de las fiestas.
Concurso de paellas
A la una de la tarde la Plaza del pueblo se convirtió en una
inmensa cocina humeante. El concurso de paellas congregó a algunos
establecimientos y comercios de la isla. Cada grupo realizó una
según su criterio. No faltaron las gambas, los langostinos, la
carne, el pollo, los pimientos, el ajo, el aceite, el caldo y la
estrella principal, el arroz. También abundaron los refrescos bien
fríos, la sangría y unos copiosos aperitivos para ir abriendo el
apetito de los presentes.
Una vez terminadas las paellas se repartieron unos recipientes
numerados entre los participantes para la degustación del
jurado.
Entrega de premios
Tras una larga tarde de sobremesas familiares, charlas
multiculturales y juegos se procedió a la entrega de premios del
concurso de paellas y demás juegos populares con los que
disfrutaron grandes y pequeños de diferentes nacionalidades. Cómo
cada año, el momento culminante iba a llegar con el monumental
castillo de fuegos artificiales.
Vecinos, turistas e hijos adoptivos del lugar bailaron hasta que el
cuerpo se lo permitió en la gran verbena popular.
San Cristòfol de Cananneo seguro que se regocijó ante la dicha
popular.
S. M. Debelius
Arroz, bendiciones, convivencia y fiesta
Es Canar vive sus fiestas al modo tradicional adaptado a los nuevos tiempos. Ahora el turista, principal fuente de ingreso, se integra con las familias ibicencas.