S. M. DEBELIUS
El acceso rodado a Marina Botafoch se cerró ayer al tráfico
mediante unas barreras. La medida tomada por la empresa
concesionaria se ha realizado según lo acordado en una asamblea de
propietarios hace más de dos años. En aquel momento, también
acordaron la construcción de las más de 70 plazas de aparcamiento
para el nuevo dique.
Hace unos días comenzaron a instalar las barreras que, ayer mismo, ya se encontraban cerradas impidiendo el paso de los vehículos. Dos empleados del puerto deportivo custodian el acceso a este recinto desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche. A partir de esa hora, únicamente podrán acceder los que tengan el mando a distancia que abre las barreras cómo si se tratara de un parking particular.
La zona se ha reservado exclusivamente para los propietarios de los barcos amarrados en el quinto pantalán y para los de primera línea. Además, en horarios laborables se permitirá el acceso para carga y descarga.
Los usuarios de este aparcamiento contarán con un mando a distancia que les permitirá entrar y salir libremente.
La medida se ha tomado según Cristina Marí, «para descongestionar la zona y evitar el exceso de coches mal aparcados».
Las barreras, que ya empiezan a formar parte del entorno, no han sido muy bien acogidas por los comerciantes y empresarios de Marina Botafoch .
La Autoridad Portuaria de Eivissa que estaba al corriente de la idea, ha dicho que estudiará esta medida, aunque aún no han recibido ninguna queja.
Cristina Marí afirma, «que todos los comerciantes estaban al corriente de la medida y no ha podido cogerles por sorpresa». El concesionario del puerto no descarta convertir el aparcamiento en zona azul en un futuro. Marí concretó «que todas las novedades incomodan al principio».