Durante unos breves instantes muchos pensaron que la procesión que conmemora a la Virgen del Carmen en Portinatx podría suspenderse a causa de una repentina tormenta de verano. Pero finalmente todo quedó en unas cuantas gotas que cayeron sobre la imagen precisamente cuando los hombres tomaban el relevo a la mujeres para portarla en la parte más difícil del trayecto.
Poco antes de que la protagonista recorriera las calles del pueblo, los vecinos se congregaban frente a la capilla. Desde allí parte, desde que hace cinco años se recuperaron estas fiestas populares, la Virgen del Carmen acompañada de feligreses y curiosos.
A las siete de la tarde, hora prevista para el comienzo de la procesión, los vecinos repasaban el itinerario. Las mujeres iniciarían la procesión cargando la imagen y posteriormente serían los pescadores quienes la llevarían hasta el embarcadero. La llegada del pasacalles a cargo de la Banda de Cornetas, Majorettes y Tambores de Santa Eulària precedió a otra de las tradiciones de esta sencilla procesión en la que, como comentó una de las vecinas, «lo importante no es salir en la foto, si no la devoción a la Virgen».
Una de las particularidades de esta procesión consiste en que los pescadores y representantes de Capitanía Marítima reciben, de manos de algún vecino, un obsequio, en esta ocasión unos marcos con la imagen de la Virgen del Carmen. Este año fue Vicente, uno de los pescadores, el encargado de recoger el pequeño regalo. Él, junto a otros hombres que viven del mar, como José Mari o Antonio Torres, acuden fieles a esta cita anual. Tras recoger los presentes un clavel que posteriormente sería lanzado al mar, la comitiva se puso en marcha. En el embarcadero esperaban el resto de los barcos y, especialmente engalanado, el Sixo's, responsable de llevar a la Virgen hasta las inmediaciones de S'Arenal Groc. Las bocinas y los piropos hacia la imagen dieron el toque final a una jornada que se cerró con un castillo de fuegos artificiales y que se repitió en Sant Antoni. S.Y.