Esta surtida cala ofrece muchísimos servicios a sus visitantes. En su alargado terreno, lleno de hamacas, se puede elegir entre buscar un rincón apartado del tumulto o entretenerse con algunos de los diversos entretenimientos que tiene, desde jugar al voleibol en su red, que por su apartada situación de la orilla no molesta a los bañistas, a alquilar una zodiacs para 'perderse' por las tranquilas aguas de la cala, que en un día de calma parece una piscina. El alquiler de la lancha a motor varía según el tiempo que se quiera navegar, el precio oscila entre los 15 euros para dar un paseo de media hora hasta los 150 euros si se desea alquilar todo el día. También se puede disfrutar de excursiones marítimas que parten en dirección a es Figueral, es Pou d'es Lleó y otros puntos de la costa norte. La zona portuaria de esta playa está separada de la zona de nado por balizas, y así proteger a los bañistas de los elementos flotantes.
Los restaurantes, apartamentos, supermercados y souvenirs abundan en la zona. Este pequeño núcleo ofrece cualquier cosa que sea necesaria para pasar el día completo en la playa. Los menús de los restaurantes son muy apetecibles y variados, desde cualquier plato combinado hasta los lugares donde degustar el popular 'bullit de peix'.
Un gran atractivo cultural que presenta esta zona, tan alejada del núcleo urbano de Eivissa, es la cueva d'es Cuieram, que es un santuario púnico erigido en honor a la diosa Tanit, donde se puede ver el altar de los sacrificios que se ofrecían a esta diosa.
La Cala de Sant Vicent está controlada por una torre de vigilancia de la Cruz Roja, y presume de tener bandera azul, distintivo que la señala como buena playa. También hay duchas gratuitas para poder quitarse la sal marina y parking para dejar el coche. La población más cercana es Sant Joan, desde donde parte una carretera con dirección a esta cala . También se puede llegar por la carretera de Sant Carles. Otra alternativa es tomar el autobús que parte de Santa Eulària.
N. Cárdenas