La consellera d'Obres Públiques, Margalida Cabrer, y el director general de Ports, Cristòfol Huguet, realizaron ayer una visita al puerto de Sant Antoni, que es el único de titularidad del Govern en las Pitiüses, para comprobar las deficiencias y tomar notas de diversas necesidades. «Las instalaciones pesqueras están en un estado deplorable, así como el tema de la limpieza del agua y del paseo del puerto», valoró Cabrer, que aseguró que se va a redactar «un plan directo del puerto de Sant Antoni para dar solución a las necesidades de instalaciones», lo que no descarta una reordenación y ampliación de amarres.
La concesión caduca a finales de este año (diciembre) pero la Conselleria se ha marcado establecer una prórroga legal «hasta que no se redacte el anteproyecto de Ley de Puertos, que ordenará y delimitará los usos de éste y de todos los puertos que dependen del Govern y los que son concesiones». Muchos de estos permisos, no sólo Sant Antoni, terminan en poco tiempo .
La consellera aseguró «a todos los usuarios del puerto» que el tema «se resolverá». El problema interesó mucho al nuevo director general de Ports, Cristòfol Huguet, que destacó que el peso social de este puerto es muy importante. «Es el club que más licencias federativas tiene en las distintas categorías de vela y además realiza una importante labor social», destacó.
Pere Palau se mostró convencido de que no se puede mantener el puerto en las condiciones actuales «que son anacrónicas», y, entre ellas, la zona que utilizan los pescadores para apilar los aparejos. «Un puerto como Sant Antoni carece de instalaciones adecuadas al número de visitantes y los tiempos que vivimos», reiteró el presidente.
Para el director general de Ports, los ejes de la reforma son prever unas infraestructuras acordes con la situación del puerto, como alternativa a Eivissa y conexión con la península, mejorar la oferta de ocio y dar infraestructuras a los profesionales de la pesca.