Las fiestas de Santa Maria o fiestas de la tierra, se están desarrollando en Formentera bajo un calor tórrido pero con una acogida y participación muy superior a las fiestas de Sant Jaume que tuvieron lugar dos semanas atrás. Hasta el momento y en el ecuador de estas fiestas hay que destacar la masiva participación en los talleres de ball pagès y de ball de bot, el interés suscitado por la cantada pagesa o la alta participación en la fotomaratón que con diez equipos duplicó la presencia de la edición anterior. El lunes los actos se iniciaron con los juegos como las carreras de sacos, comer manzanas suspendidas de un cordel sin ayudarse de la mano, romper ollas con los ojos vendados y otras actividades mientras que en el escenario los grupos musicales hacían las pruebas de sonido. La noche del lunes tuvo a un triunfador, el grupo catalán de La Garriga, Dusminguet, que hizo bailar al personal hasta altas horas de la noche. Dusminguet es un grupo que practica el mestizaje musical aunando ritmos, instrumentos y melodías que les confieren un sonido peculiar que les ha aupado al éxito. Previamente Andreu & Els Rumberus habían superado con su música fácil y contagiosa el bache inicial de la noche que supuso Siamb, danza perfomance, que estuvo en un tris de dormir al público.
Ayer, a la tradicional misa solemne y a un nuevo pasacalles con el correspondiente brindis a la salud del pueblo, los actos se reemprendieron con el Correllengua iniciativa reivindicativa de la lengua catalana que comenzó en las distintas torres de defensa de la isla con una marcha por relevos que debía reunir, si el calor y el cansancio lo permitían, a los marchadores en las rotonda de Sant Francesc a las ocho de la noche. Una noche en la que la música corría a cargo de Quico el celio, el noi i el mut de Ferreries grupo tortosino, Bèsties Xeremieres de Mallorca y finalmente el rock pagès de Eivissa a cargo de Pota Lait. G.R.