El Ayuntamiento de Eivissa ha decidido precintar el «Pin-Up» y «La Jungla», establecimientos situados en la calle Algarb de Platja d'en Bossa, por «incumplimiento sistemático de las normativas que obligan a tener un nivel de ruido aceptable y a contar con un aislamiento acústico».
Tras recibir las denuncias de la comunidad de propietarios del edificio Bossa Sol, Bossa Mar y Bossa Beach, además de las llamadas de varios particulares, el Ayuntamiento de Eivissa instó a estos establecimientos a demostrar que las modificaciones que habían realizado en las instalaciones originales contaban con algún tipo de permiso. A la vista de que no pudieron probar la legalidad de las reformas, el Consistorio dictaminó la paralización de la actividad. Como la empresa siguió trabajando, desoyendo la advertencia, el Ayuntamiento terminado por dictar el precinto por parte de la Policía Local, que se materializó el pasado viernes.
«La Jungla» y el «Pin-Up» cuentan con licencias de los años 1983 y 1984 pero desde entonces han sufrido diversas modificaciones de dudosa legalidad. Las denuncias de los apartamentos colindantes datan del pasado 4 de agosto y hacían referencia al ruido de estos locales, molestias que afectaban a la calidad de vida de los vecinos ya que impedía su descanso nocturno. La Unidad de Medio Ambiente del Consistorio se personó en el establecimiento y comprobó que la música salía al exterior y provocaba molestias ya que el local no cuenta con ninguna medida correctora efectiva. El año pasado esta discoteca fue precintada porque superaba los límites sonoros establecidos en la Ordenanza Municipal de Medio Ambiente y porque los limitadores de sonido no estaban correctamente conectados. Por si fuera poco el establecimiento carecía de medidas de insonorización.