El hecho de que el Día Europeo sin Coche haya coincidido con una jornada laborable ha supuesto que, para muchos, esta celebración haya pasado inadvertida. Sólo las personas que ayer se acercaron al paseo de Vara de Rey, en Eivissa, o que atravesaron alguna de las calles que en Sant Antoni se cerraron al tráfico, fueron conscientes de que en un número limitado de vías los vehículos a motor habían desaparecido. Esas zonas se convirtieron (de las 10'00 a las 20'00 horas en el caso de Eivissa y sólo por la tarde en Sant Antoni) en un improvisado parque de juegos para los más pequeños; fueron ellos los que celebraron por todo lo alto una jornada que a simple vista parece dirigida a los adultos.
Talleres para pintar camisetas, para maquillarse y grupos de
animación fueron las propuestas que se presentaron en el centro de
los dos únicos municipios de la isla que secundan la
iniciativa.
En Eivissa grupos de alumnos de casi todos los colegios acudieron a
la cita y Vara de Rey se llenó de escolares vestidos de uniforme:
camiseta azul con un esquemático dibujo y un escrito que rezaba, 'A
ciutat sense el meu cotxe'. Aún así, muchos de los chavales no
sabía cuál era exactamente la razón de que una mañana en las aulas
hubiera sido sustituida por varias horas de juegos al aire libre.
«No sé que se celebra hoy», reconocía Fernando, un niño de ocho
años mientras hacía cola para subir a uno de los hinchables. «No
tengo ni idea, no me ha dado tiempo de leer que pone», decía otro
de sus amigos. Después de varias preguntas, por fin uno de los
escolares contestaba solícito: «Es un día en el que no se utilizan
coches para que los ciudadanos aprendan a ir en bicicleta y
andando». S.Y.