Por ello, los progresistas pidieron sin suerte en el pleno del Consell hace dos semanas más dinero para llevar a cabo las infraestructuras educativas pendientes en las Pitiüses, cuyo coste el Pacte Progressista cifró en 54 millones de euros (9.000 millones de pesetas).
Pese a la negativa del Consell, el presidente del Govern balear, Jaume Matas, del mismo signo político, anunció ayer en el segundo día de debate del estado de la Autonomía que, una vez pasadas las elecciones generales de marzo, reclamará al Gobierno «una mejora en la financiación» de las competencias de Educación y Sanidad. «Después de las elecciones de marzo, el Govern tiene la obligación y la responsabilidad de reivindicar una mejora en la financiación de ambas áreas», indicó el presidente en su réplica al discurso de la portavoz de Unió Mallorquina, Maria Antònia Munar.
Matas reconoció ante la cámara la falta de «medios humanos y materiales» para afrontar uno de los proyectos estrella lanzados por el PP durante la campaña electoral: la libre elección de centro educativo. El presidente del Govern también mostró su preocupación por «el efecto de la inmigración» sobre la Educación.