Los sindicatos UGT y el de Auxiliares de Enfermería (SAE) enviaron ayer sendos comunicados de protesta por las declaraciones efectuadas por el gerente de Can Misses, Ignacio Martínez Jover, en las que afirmaba, a pesar de las peticiones de separación de neonatos y pediatría y de la reclamación de incremento de personal, que «la carga de actividad [en la unidad de neonatos y pediatría] no ha sufrido un cambio tan importante para que sea necesaria hacer una modificación de la plantilla».
El sindicato UGT insiste en que la unidad de prematuros y de pacientes en edad pediátrica debe estar separada «porque los neonatos jamás pueden estar solos». Este estricto control «se hace muy complicado» para el exiguo equipo «que está conformado por una enfermera y una auxiliar de enfermería». Además de controlar a los neonatos las enfermeras deben vigilar a otros pacientes, darles medicación, biberones y atender a las dudas de los padres por lo que la sobrecarga «es evidente».
Otra de las razones que los sindicalistas esgrimen para la separación es la «agobiante falta de espacio que sufre la unidad de pediatría». También explican que, como norma profiláctica básica, se debe evitar que los neonatos compartan espacio físico con otros pacientes.
Aunque no se muestra sorprendido, el sindicato UGT sí lamenta que la gerencia de Can Misses «anteponga razones de tipo económico o presupuestario a la calidad asistencial del centro». Afirman, además, que si hasta ahora no ha habido problemas en estas unidades ha sido «gracias al desvelo del personal» por afrontar la sobrecarga de trabajo. «Está claro -para el sindicato- que la calidad en la sanidad de este país sólo preocupa a los profesionales. Los altos cargos se preocupan más de que las cuentas cuadren».
En términos muy similares se expresa el comunicado enviado por el Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE), que afirma que ha pedido en diversas ocasiones un incremento de la plantilla de enfermería en las unidades de pediatría, medicina interna, UCI y quirófano, entre otras.