Los enlaces matrimoniales por el Registro Civil, que en Formentera oficia el juez de paz o el alcalde, pueden llegar a convertirse en una oferta turística complementaria dado el interés creciente de los últimos años en formalizar una unión en la Pitiusa menor.
En su mayoría los contrayentes proceden de Catalunya y Levante, sin dejar de lado a algunos extranjeros, turistas o residentes, que también optan por darse el sí en un entorno que para muchos es mágico y auspicia una buena relación de pareja. Claro está que este hecho no está contrastado, pero la ilusión por casarse por lo civil en Formentera y especialmente en verano está experimentando un auge inusitado. Tanto es así que las peticiones de matrimonios aumentan de forma sustancial en plena temporada y se prevé que el verano de 2004 puede ser de órdago en esta materia. Tanto da una playa desierta o un lujoso yate, lo importante para muchos es casarse en Formentera y estar, en esos momentos, rodeado de sus más allegados, bien sean familiares o amigos.
El actual juez de paz, Joan Yern, reconoce que en los años que lleva desempeñando la función de juez de paz, desde 1998 ya que ha sido reelegido el presente año, «cada vez son más especiales las peticiones recibidas a la hora de oficiar un matrimonio civil».