Comentarios tan específicos y extremadamente técnicos sobre los vinos como «a nivel de color, éste es mucho más abierto que el anterior», «el tema de los colores, yo no sé si por la luz que hay en la sala o qué pero lo cierto es que a todos les falta un poco de vivacidad», «yo lo que veo es una falta de frescura y de fragancia» o los calificativos de «fruta mermelada sobremadurada a la que ahora empiezan a salirle las vainillas» fueron tan sólo algunos de los que emitieron los expertos en caldos que ayer participaron en el primer concurso internacional de vinos elaborados con la variedad monastrell, la típica de Eivissa, incluido en la programación de la segunda edición del salón del vino y el Mediterráneo, Viniterraneus, que ayer se celebró en el hotel Los Molinos bajo la dirección de Enotecum.
Quince expertos en enología como el presidente internacional de la Asociación de Sumillers Moreno Rossin; el editor y creador de la Guía Peñin, Jose Peñin; el redactor de Vinum y Mi vino, Bartolomé Sánchez; el vicepresidente de la Asociación Española de Sumillers, Agustí Torello, o la mejor sumiller de España 2003, Itxaso Arana, formaban parte de los tres grupos de cinco componentes que se dedicaron a catar un total de cien vinos a dividir en grupos de 33 y 34 caldos cada uno, para dar con el mejor vino elaborado con uva monastrell. Durante varias horas los sibaritas de los vinos se dedicaron a oler, mirar y saborear los vinos que les correspondieron para puntuar su color, aroma y gusto con sus distintos matices, siguiendo un auténtico ritual donde la concentración, gestos y vocabulario no dejaron indiferentes a los aficionados y curiosos que siguieron por momentos alguna de las cinco tandas de cata. «Son cinco tandas y en cada una de ellas se sirven vinos con mayor o menor porcentaje de uva monastrell, más o menos jóvenes, a parte de una tanda de espumosos, dulces y rosados», explicaba Felipe Bonet, uno de los organizadores de Viniterraneus que señaló que el vino que obtuviese entre 90 y 100 puntos tendría la medalla de oro.
Paralelamente, dos de los salones de la planta baja del hotel Los Molinos, acogieron una extensa y animada degustación y exposición de hasta 120 bodegas de vinos procedentes de distintas denominaciones de origen nacionales e internacionales que hicieron que las más de 2.000 personas que visitaron Viniterraneus probasen lo mejor del panorama enológico actual, entre ellos el Vino Revelación 2003, el Ribera del Duero, Malleolus, de la Bodega Valderramiro, o el Mejor Vino del año: el Rioja Cirsion de la Bodega Roda, valorados aproximadamente en 79 y 120 euros respectivamente en el mercado.
Eva Estévez