E. R. / EFE
El Govern ha prohibido todas las exportaciones de ganado rumiante
de las islas durante los próximos dos años tras detectar un nuevo
brote de lengua azul en una finca de Menorca. La lengua azul es una
enfermedad vírica que afecta al ganado ovino, pero no al resto de
animales ni a las personas aunque se consuma la carne infectada por
el virus.
La consellera de Agricultura, Margalida Moner, mostró ayer su disposición a complementar las ayudas que vengan del Ministerio del ramo para los afectados por el foco y anunció que promoverá una queja formal al Gobierno italiano por la falta de control para erradicar la enfermedad. Todo apunta a que el brote, al parecer provocado por un mosquito procedente de Cerdeña (Italia), está ya controlado, ya que hasta ahora no se han detectado más casos que el de la finca de Menorca, si bien las precauciones están extremadas ya desde hace semanas, cuando se tuvo noticia de focos en Italia. Al respecto, la titular de Agricultura adelantó que presentará ante el Ministerio español del ramo una «queja formal» para que sea transmitida al Gobierno italiano por la falta de control de este país en relación a esta enfermedad, de la que al parecer hay un total de 67 brotes. «No puede ser que nosotros hayamos erradicados el brote y en un país vecino nuestro haya tantos. No puede ser que los estados no controlen su manera de trabajar, pues de nada servirá que nosotros tengamos las granjas bien atendidas y nuestros vecinos no cumplan con sus obligaciones».
En las Pitiüses también se ha extremado el mecanismo de control de la enfermedad, así como las medidas higiénicas de los establos, según explicó ayer a este periódico el técnico de Agricultura del Consell Insular, Joan Ferrer. Hace tres años, se detectó un brote de lengua azul en la isla.