El temporal que azotó a las Pitiüses el pasado 31 de octubre dejó gran parte de la playa de Migjorn arrasada. Transcurridos más de dos meses, las estacas siguen arrancadas, falta el cableado y algunas pasarelas constituyen auténtico peligro para los escasos paseantes que deambulan por la zona.
El Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Demarcación de Costas de Balears, es el único responsable de la protección del sistema dunar de las playas de Formentera y, sin embargo, dos meses después del temporal, aún no ha actuado para devolver los elementos y artefactos protectores a su situación anterior.
A finales de octubre un fuerte temporal de sudoeste, con vientos que rondaron los 90 kilómetros por hora, azotó el litoral pitiuso causando grandes daños tanto en Formentera como en Eivissa, donde diversas embarcaciones fueron arrastradas hasta la arena a consecuencia de la virulencia del viento y la fuerza del oleaje; lo mismo sucedió en Formentera donde las zonas más afectadas fueron s'Estany des Peix, donde la mar entraba con gran fuerza obligando a la retirada a tierra de muchas embarcaciones; Cala Saona, donde el temporal depositó una ingente cantidad de algas aparte de arrasar la mitad de la playa; y, sobre todo, la playa de Migjorn.
El temporal se cebó especialmente en Migjorn donde amplias zonas de la playa quedaron totalmente arrasadas por la fuerza de los elementos y así, dos meses largos después de los hechos, una simple inspección ocular revela a las claras no sólo los daños, que ya eran conocidos, sino que Costas no ha actuado para devolver a su estado original los desperfectos causadas por el oleaje y el viento.
En la zona comprendida entre el hotel Formentera Playa y más allá del establecimiento conocido como «La Formentereña» los estragos del temporal aún son perfectamente visibles.
Las estacas que delimitan el contorno protegido del sistema dunar están arrancadas de cuajo y «sembradas» por la playa o entre las dunas, los cables de unión desperdigados y muchas de las pasarelas que llegan a pie de playa muestran en sus últimos tramos serios desperfectos a consecuencia del embate de las olas.