E n su día la implantación de los sistemas de revelado de foto en
una hora supuso una revolución que se ha extendido de manera más
reciente a otros campos, entre ellos el de la óptica , ya que cada
vez son más los negocios del ramo que incluyen entre sus servicios
la entrega de unas gafas graduadas en una hora.
En la nueva Óptica Joan Tur Ribas han implantado con éxito este
servicio de fabricación de lentes graduadas que el consumidor
agradece ya que una ruptura o un cambio de montura puede subsanarse
en cuestión de minutos. Daniel García, técnico de fabricación y
montaje de lentes, explica cómo funciona toda la cadena de
transformación, tratamiento y montaje de una lente, una labor de
gran precisión que se realiza a través de sofisticadas máquinas
informatizadas.
«En nuestra óptica contamos con un gran stock de lentes
semiacabadas y graduadas que nos permiten cubrir las necesidades de
los clientes con rapidez». resume el encargado de la fabricación de
lentes, que explica que su labor comienza con el tratamiento de un
cristal semiacabado que se transforma en su cara interna o
cóncava.
El primer paso es el de recortar la lente en el diámetro necesario
teniendo en cuenta la montura elegida, el diámetro de la lente, la
esfera, el espesor y el astigmatismo. A través de un programa de
ordenador que calcula los parámetros exactos se consigue que el
generador de curvas introduzca las dioptrías en el cristal y por
tanto se personaliza durante 4 minutos.
En el siguiente paso del proceso es el de alisamiento y pulido del
cristal que se colocará sobre un molde que tiene la misma curvatura
para, con agua refrigerada alisar la superficie tratada durante 1,5
minutos y, posteriormente pulirla durante 6 con un líquido especial
en una máquina especial, antes de imprimirle un tratamiento para
endurecer la superficie.
La etapa final del proceso es en la que se comprueba en una
plantilla que todas las líneas de la lente coinciden, antes de
introducirla en el frontor para comprobar que la graduación es la
correcta. Por último, se monta la lente en las gafas seleccionadas.
«Antes de poner el cristal en la gafa lo introducimos en el lector
en el que colocamos la montura sobre la que se colocará para
calcular el puente, la altura de la montura y la distancia entre
pupilas. Finalmente recortamos la lente de acuerdo a las medidas de
la montura teniendo en cuenta el ancho del biselado, que es el
borde que va dentro de la montura y ya está», describe Daniel
García, que ha finalizado todo el proceso en tres cuartos de
hora.
Eva Estévez
Joyas a la vista
Modernos sistemas informáticos hacen posible la personalización de cristales graduados en tiempo récord