La hermana le hizo una promesa que se cumplió sólo a medias: «Si gano el sorteo, disfrutarás del viaje». Sin embargo, ni su hermana ni la amiga que la iba a acompañar han podido disfrutar del premio que lograron en el sorteo, ya que ambas tienen a su cargo a familiares en situación de discapacidad. La hermana tiene a su cuidado a sus suegros que se encuentran enfermos de alzheimer y la amiga, un hijo aquejado de parálisis cerebral.
El premio en cuestión era un viaje de fin de semana a la isla de Formentera para dos personas, que fue donado por Joan Serra Mayans para la rifa que organizó a beneficio de los enfermos mentales, pero fue imposible disfrutarlo.
«Ha querido la providencia que la mujer ganara el sorteo, pero esta es la triste realidad de Eivissa. Estas mujeres no tienen derecho a pasarse un buen fin de semana, porque las instituciones no han tenido la sensibilidad de crear un lugar de respiro para las familias», comenta Irene Escandell, de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, organizador del festival benéfico que se celebró en Can Ventosa el sábado pasado.
En el festival, además del sorteo de varios premios entre los que figuraba el viaje a Formentera, se representó una obra de teatro, hubo una exhibición de gimnasia y el Coro de Sant Jordi y Sant Francesc hizo una demostración.
Una de las 'beneficiadas' del premio es Esperanza Ribas, presidenta de la Asociación «Los Olvidados», que tiene un hijo de 28 años aquejado de parálisis cerebral. De lunes a viernes, el hijo de Esperanza está en el centro de discapacitados profundos de Cas Serres desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde, «pero después de esa hora, los festivos y los fines de semana tienes que estar con él y no puedes dejarlo un momento», comentó Esperanza.
«Nos propusieron este viaje, pero no puedes dejar solas a estas personas. Estamos muy contentos de tener el centro de Cas Serres, pero nos falta mucho por hacer en Eivissa», añadió la mujer.