«Si visitase Eivissa un barco como el 'Queen Mary' la consignataria se vería obligada a improvisar porque los servicios no son los adecuados y el dique carece, por el momento, de una estación marítima», así lo confirmó ayer Pepe Torres, responsable de Ibicon, compañía que gestiona la mayor parte de los atraques de barcos de crucero en Eivissa y Formentera.
«Un barco así puede atracar en el dique. Es interesante que venga porque trae 3.000 pasajeros y es un atractivo turístico», dijo Torres, que afirmó que es preciso «completar el atractivo del nuevo amarre con servicios adecuados».
Además, la firma consignataria considera que el puerto de Eivissa, aun contando con el dique de Botafoc, se está quedando pequeño para albergar a dos cruceros a la vez. Si atrase el «Queen Mary II», que mide 345 metros (como tres campos de fútbol) no quedaría espacio para ningún barco más. El responsable de Ibicon considera que sería necesario que el nuevo plan de usos del puerto de Eivissa contemplase la ampliación de la zona del dique con varios muelles más. «El dique de Botafoc tiene 396 metros de atraque y todos los barcos de cruceros que están saliendo nuevos tienen más de 300 metros, por lo que en el futuro, en muchas ocasiones, sólo podrá venir un barco al día cuando pueden estar interesados más», comentó Torres que añadió que interesa mimar este tipo de turismo, que no ocupa territorio y deja notables ingresos en los lugares de visita.