En el 2001 se registraron 14 menores infractores, en el 2002 se descendió hasta 12 pero el año pasado se llegó hasta 26. Pilar Mir, la directora de Menores y Familia de la Conselleria de Presidència de la Govern, organismo que tiene la competencia de menores de reforma, atribuye este aumento de la delincuencia juvenil a a la aplicación de la Ley del Menor: «Es en el 2002 cuando se empieza a aplicar la ley y es lógico que se pone en marcha es cuando aumenta el número de casos». La intervención del Govern se realiza una vez que hay un auto del juez donde recoge la medida que se le ha puesto al menor. La ley contempla que estas medidas, de régimen abierto semiabierto o cerrado, se han de aplicar a los menores de edades comprendidas entre los 14 años a los 23.
Durante el año pasado se aplicaron 29 medidas a 26 menores, ya que a un chico se le pueden aplicar varias medidas. A cuatro de los 26 menores infractores de Eivissa se les trasladaron a Palma para ingresar en un centro de reforma. Mir precisó que de estos cuatro menores «tres eran inmigrantes no acompañados». Otros 11 menores realizaron trabajos en beneficio de la comunidad, como trabajos en una brigada municipal de un ayuntamiento. «Este tipo de prestación se da mucho y suelen responder bastante bien a ella», explicó Mir. También se aplicaron diez medidas de libertad vigilada donde al menor se le asigna un educador y se le hace un seguimiento, «si no encuentra trabajo se les acompaña y se les ayuda para encontrar trabajo», comentó. En Eivissa sólo hay dos educadores de reforma. También se realizaron seis conciliaciones, donde víctima y agresor se reúnen para que el menor entienda que lo que ha hecho no ha estado bien y se le obliga a pedir perdón. También se aplicó una medida de tratamiento ambulatorio por problemas de drogas y otra de tareas socioeducativas, una prestación en beneficio de la comunidad. Las medidas que se han aplicado hasta ahora son, al parecer, efectivas ya que más de 80% de los muchachos no reinciden.