Alguien se imagina que únicamente los madrileños fueran conscientes de que las elecciones del próximo 14 de marzo son para decidir el Gobierno de España?, ¿alguien entendería que, únicamente en la Comunidad de Madrid, y no en el resto del país, se vieran vallas de Rajoy y Zapatero por ser ellos quienes encabezan esa circunscripción?
Bueno, pues eso es lo que ocurre cada vez que se celebran elecciones autonómicas en Balears. Sólo en Mallorca, el electorado ve los comicios como si fueran autonómicos. En Menorca y en Eivissa-Formentera, la elección se plantea a sus respectivos consells insulars.
Joana Barceló, presidenta del Consell de Menorca, y Pere Palau (que preside el de Eivissa-Formentera) dan fe de ello, del carácter insular de la política balear en vísperas de la celebración (mañana uno de marzo) del Dia de les Illes Balears, en que se conmemora el aniversario de la entrada en vigor del Estatut d'Autonomia, en el año 1983.
Este hecho, el peso de la insularidad, viene provocando muchos quebraderos de cabeza y acalorados debates desde hace dos décadas. En el PSOE balear, por ejemplo, tienen muy mal recuerdo de la campaña electoral de 1991. Aquel año, los socialistas decidieron plantear su campaña únicamente en clave autonómica. Francesc Obrador era el candidato «al Govern» y llenaron las tres islas con las mismas vallas. A la semana siguiente tuvieron que cambiar el diseño de campaña. Ni en Menorca ni en Eivissa entendían ese planteamiento.
Balears tiene un gobierno autónomo, como el resto de comunidades, desde hace 21 años, pero políticos y profesores universitarios siguen dándole vueltas a una pregunta: ¿realmente existe Balears como comunidad autónoma más allá de sus textos legales?
Este debate, recurrente a lo largo de estos 21 años, ha tenido tres momentos de mucha intensidad: la fase de elaboración del Estatut, la aprobación de la Ley Electoral (1986) y las discusiones en torno a la aprobación de la vigente Ley de Consells, en octubre de 2000. En el fondo, estos tres capítulos vienen a consignar un hecho: el carácter eminentemente insularista de esta comunidad autónoma.