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La última toma

Ricardo Bofill y su equipo concluyen con varias secuencias en Dalt Vila el rodaje de la película 'Hot mik'

El equipo de rodaje desplazado a Eivissa supera las veinte personas.

Hay escorzo o no en esta escena?», «¿Podríais mostrar un poco más de amor entre vosotros dos?», «¿Necesitáis extras?», «¡Silencio!» o la obligada «¡Acción!» fueron algunas de las consignas que ayer se repitieron durante el rodaje de las últimas escenas del la parte ibicenca de «Hot Milk», el primer largometraje del polifacético Ricardo Bofill producido por la productora Canónigo Films. Para el barcelonés, la gestación de su película con 8 meses de rodaje a sus espaldas, está resultando ser «un placer».

Con un equipo de técnicos de imagen y sonido, maquillaje, vestuario y demás superior a la veintena de personas, Bofill y los suyos finalizaban ayer en el rastrillo de Dalt Vila el rodaje de algunas de las escenas ibicencas de «Hot Milk», su ópera prima, en las que aparecían sus dos protagonistas: Ana Turpin e Iván Lozano. Las escenas 77-3 y 77-3A necesitaron de varias repeticiones hasta dar con el resultado deseado por Ricardo Bofill con varias interrupciones para dejar pasar a varios grupos de turistas del Imserso que ayer visitaban la ciudad amurallada y no salían de su asombro al ver al conocido personaje habitual de las revistas del corazón concentrado en su labor como director cinematográfico.

«Hot Milk», con título en inglés, es la historia de una joven leridana que trabaja en una vaquería y que por una serie de acontecimientos fortuitos viaja a Eivissa a pasar un fin de semana. En ese corto pero intenso viaje descubre la isla y sus ambiente s nocturnos y cosmopolitas. Esther, papel que encarna Ana Turpin, tomará una serie de decisiones que afectarán a su vida y a su inocencia. Éste es, a groso modo, el argumento de este film que cuenta en su reparto con Laura Domínguez, conocida por su intervención en «Los lunes al sol» y Quique San Francisco y Sergio Pazos.

Cenicienta
«Hot Milk» es una explicación de algunos momentos de mi vida narrados desde el punto de vista de una mujer que explican el fin de su inocencia», resume Ricardo Bofill en un descanso del rodaje al explicar el despertar del aislamiento provinciano que la protagonista de su película experimenta paradójicamente en la isla.

«La acción es muy rápida, y la historia de transformación de esta Cenicienta se desarrolla en un fin de semana», comenta el cineasta antes de señalar que el guión de «Hot Milk» es la suma de una serie de colaboraciones entre él , El Club de la Comedia, David Castillo y Christian Molina, fruto de una idea conjunta con el productor del proyecto, Ferrán Monje.

«Es una película muy coral que tiene cuarenta personajes y que refleja las distintas clases sociales: desde la beatiful people a la gente más humilde, que es la magia que tiene la isla», revela el director de «Hot Milk», que confesó que visita Eivissa desde los 3 años.

Eufórico y orgulloso al hablar de su 'criatura', Bofill explicó que las escenas rodadas en Eivissa desde el miércoles habían estado precedidas de otras tomas y localizaciones nocturnas y diurnas en Cala Comte, Las Dalias, Sant Carles, Cala d'Hort, la Torre del Canónigo o las discotecas tomadas en mayo del año pasado.

Con un equipo total que ha superado en algunos momentos las 150 personas, Bofill destacó el trabajo en equipo: «He sabido sumar energías para crear algo que es muy novedoso y que conforma una historia», dice antes de encasillar su película dentro del cine electrónico. «Tendrá una imagen con colores fuertes con fotografía que busca el look más electrónico al igual que la banda sonora formada por temas propios de la música de la isla. Sin ser un videoclip la música tendrá mucha presencia en el montaje», explica.

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