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Nace una empresa con 25 trabajadores con síndrome de Down

Fabricará afiladores patentados en Eivissa de gran precisión y con grandes expectativas de mercado

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Pocas veces una iniciativa empresarial cuenta con un valor añadido tan importante como dar empleo a personas con discapacidad. Hace doce meses la familia de Frederic Sciamma, afincada en Eivissa hace 13 años, decidió embarcarse en un proyecto que les ha supuesto más de un quebradero de cabeza y una inversión de 800.000 euros. El resultado es el «Proyecto Sansón», una compañía que comenzará a trabajar este mes y que dará empleo a 25 jóvenes pitiusos afectados por el síndrome de Down y a personas con alguna incapacidad física.

La empresa fabricará unos afiladores de gran precisión que han sido patentados en Eivissa. El ingeniero José Antonio Cachón ayudó al empresario Frederic Sciamma a dar forma a la idea. También montarán unos portacuchillos para cocina que cuentan con un sistema de seguridad que impide a los niños extraer una de estas piezas. «Sansón» estará presente la semana próxima en la feria Practical World de Colonia con estos inventos.

«Las personas afectadas por el síndrome de Down trabajan con dedicación e interés aunque en muchos casos no pueden rendir como un trabajador habitual», señala Sciamma. Este tema lo ha previsto la empresa que está dispuesta a reducir las jornadas de trabajo a la medida de cada empleado y a contratar a más gente para suplir los recortes. «El sueldo que cobrarán será igual a de cualquier trabajador».

La idea de esta empresa familiar ha contado con el apoyo de la asociación Aspanadif, de la Plataforma sociosanitaria, del Soib y de la Cruz Roja, entre otras instituciones y organizaciones. Del Govern han logrado que declare la empresa como centro especial de empleo, lo que les supondrá ventajas fiscales en lo que a Seguridad Social de los trabajadores se refiere.

Lograr financiación ha sido muy complicado. Varios bancos se negaron a apoyarles pero finalmente una entidad ha colaborado. Vender propiedades e hipotecar una casa ha sido el precio que han tenido que pagar para sacar adelante el proyecto. «La gente piensa que las empresas con discapacitados cuentan con muchas subvenciones pero las ayudas llegan a posteriori», señala Sciamma que a pesar de las dificultades se muestra muy ilusionado por un proyecto «fantástico» y «ejemplar». La sede de la empresa está en el polígono de Montecristo. Contará con un comedor propio a precios muy reducidos para los empleados.

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