La muerte de Joan Riudavets, el hombre más viejo del mundo -tenía 114 años- ha causado un gran impacto en Menorca. Durante toda la jornada de ayer llegaron hasta el domicilio donde residía las manifestaciones de duelo. Todo el día fueron constantes las visitas.
El funeral reunió a unas setecientas personas, más de la mitad de la población de Es Migjorn.
Asistieron sus familiares, entre ellos un hermano de edad longeva (tiene 104 años), ahora el más viejo de Menorca, y representantes de todas las instituciones con Joana Barceló, la presidenta del Consell de Menorca, a la cabeza. El nombre del Ejecutivo autónomo asistió el conseller de Treball, Guillem Olives (menorquín) y el alcalde de la localidad, Pere Riudavets, primo del fallecido.
En su homilía el sacerdote destacó las virtudes de Joan Riudavets.
El oficiante indicó que aún siendo un «republicano agnóstico» era un «hombre de paz» que siempre tenía las puertas abiertas.
A su capacidad de diálogo aludió también la presidenta del Consell quien dijo que había sido un «ejemplo cívico de tolerancia, diálogo y sentido común».
También el president Matas expresó, en Palma, su pésame por la muerte del «abuelo del mundo».
Durante toda su vida laboral, Riudavets se dedicó a la fabricación del calzado y fue siempre una persona sencilla y tranquila que despertó el reconocimiento y admiración de todos. Entre quienes alguna vez le visisitaron y departieron con él -le encantaba charlar- se encuentran los Reyes de España y el presidente del Gobierno, José María Aznar, que ha pasado sus últimos veraneos en Menorca.
D. Marquès