Ni un solo incidente. Ni un desmayo, ni una torcedura de tobillo. La multitudinaria manifestación de ayer, en la que según la Policía Local participaron unas 42.000 personas, culminó sin que los voluntarios de Protección Civil, las ambulancias, los agentes de la Policía Local y los del Cuerpo Nacional de Policía tuvieran que asistir a alguien. Un éxito de público sin ningún detalle que añadir. Eso sí, los accesos por carretera a la ciudad se saturaron y hubo quien, por este motivo, llegó tarde a la cita.
Por si acaso, el Ayuntamiento de Eivissa movilizó a unos doce agentes de su Policía Local. Dos oficiales, cinco motoristas -que iban a la cabeza de la manifestación- y otros cinco agentes a pie. Un número similar de Agentes del Cuerpo Nacional de Policía ayudó en la tarea. Además, unos 25 voluntarios de Protección Civil de todos municipios ibicencos vigilaron que la manifestación se desarrollara sin incidentes.
Desde todos los municipios de la isla llegaron autobuses -puestos a disposición de quien quisiera utilizarlos de forma gratuita- para viajar a la capital y participar en la manifestación.
Ni un solo hueco para aparcar quedaba en las calles de Eivissa. De hecho, el Ayuntamiento de Eivissa solicitó en sus carteles luminosos que se utilizaran los estacionamientos disuasorios de la entrada de la ciudad.
Los autobuses, que llegaron principalmente desde Sant Antoni y Santa Eulària, aparcaron en el estacionamiento disuasorio ubicado junto a Gesa.
A media manifestación, en algunas calles de Eivissa, todavía se veían coches estacionados en mitad de la calzada e incluso en tercera fila.