Lleva treinta años interpretando personajes y se ha especializado en el mundo del clown, un campo en el que es mundialmente reconocido y en el que, como profesor (de hecho abandonó la docencia por el teatro), intenta transmitir una experiencia que va desde los escenarios al cine pasando por la dirección de un cortometraje que presentará en Dinamarca. Este año el escocés Johnny Melville ha viajado a Eivissa para impartir uno de los talleres de la V Trobada del Clown, 'El clown en movimiento'. El encuentro se vio irremediablemente afectado por los ataques terroristas del pasado jueves y la organización decidió suspender todas las actuaciones pública previstas, entre ellas la de Melville, que hoy debía clausurar esta cita.
-¿La risa puede funcionar como terapia incluso en en caso de una tragedia como la sucedida en Madrid?
-Absolutamente. He trabajado en hospitales o con prisioneros, en lugares donde no había humor y la risa era muy importante. Aunque el clown es mucho más que eso, es una filosofía de vida y de optimismo. Tengo mis sentimientos hacia la palabra terrorismo, que puede ser definida de muchas maneras, pero creo que la violencia existe porque hay miedo y avaricia en todas partes. Hace años sentía mucha rabia por cosas así, ahora mi sentimiento es de compasión hacia las víctimas, que pueden ser todos.
-Ha escogido impartir un taller centrado en el movimiento. ¿Cree que es el mejor instrumento del clown?
-Para el clown y para el humano también. Si estás en un circo o un espacio muy grande el movimiento tiene que ser muy claro. Para hacer buena comedia es importante que la gente conozca de qué dispone; muchos de mis movimientos son inconscientes porque llevo muchos años, pero los jóvenes a veces no tienen tan claro cómo conectar las partes del cuerpo. En mis clases empleo conocimientos de medicina china, aikido, o acrobacia.
-Los alumnos han llegado desde muchos países distintos. ¿Esa coincidencia influye positivamente en el resultado?
-Sí, han llegado de Holanda, Suiza, Italia y España. Estoy acostumbrado a trabajar con gente de muchos sitios y por eso desarrollamos muchos juegos de comunicación que también son muy importantes en el aprendizaje.
-Desde 1984 ha trabajado en España en muchas ocasiones. ¿Cree que es un país con sentido del humor?
-Sí, por ejemplo cuando hago espectáculos en los pueblos las reacciones de la gente son fantásticas. El de España es uno de los mejores públicos que hay porque los españoles tienen una mentalidad más parecida a la del niño. Eso puede ser positivo o negativo, pero en este caso es positivo, están predispuestos a reír. Este país lo tiene todo, aunque hay demasiada construcción y demasiado turismo para mí.
-¿Crees que es más difícil hacer reír que hacer llorar?
-Para mí no, tengo la habilidad de hacer esto aunque también he hecho tragedias. Reír y llorar es expresar y las dos cosas están muy unidas.
Sara Yturriaga