PP y PSOE empataron ayer a diputados en las elecciones generales que ha ganado el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Los dos partidos se repartirán los ocho diputados de Balears, aunque los populares aún son la formación política más votada y los socialistas experimentan un crecimiento electoral espectacular. El PSOE, que pasa de dos a cuatro diputados, consigue diez puntos más que hace cuatro años. Y 60.000 votos más que en los comicios del año 2000. Un crecimiento con escasos precedentes.
El PP aún es el partido más votado en Balears, pero su distancia con los socialistas ya no es tanta. En cualquier caso, la lista encabezada por María Salom ha perdido ocho puntos en comparación con las anteriores elecciones generales. En definitiva, un mal resultado e inesperado. El gran objetivo del PP era mantener los cinco diputados logrados hace cuatro años, pero los populares han perdido un escaño en beneficio del PSOE. Sería demasiado aventurado reclamar una lectura autonómica de los resultados de ayer en Balears. Los atentados de Madrid y la reacción del Gobierno de Aznar han condicionado también los resultados de Balears, pero el empate entre PP y PSOE invita a la reflexión para rebajar la euforia que vivían los populares de Balears tras su victoria electoral de las pasadas autonómicas. Es algo que ya pidió el propio Matas cuando inició su nuevo mandato como president del Govern: «me preocupa la euforia que hay en el PP».
Tras PP y PSOE, la Coalició de Progressistes de les Illes se ha convertido en la tercera fuerza política de Balears en estas elecciones generales. Sin embargo, las expectativas de esta coalición eran mucho mayores. La candidatura encabezada por Nanda Ramón perseguía un diputado, pero se ha quedado muy lejos de su objetivo. Posiblemente, el voto útil hacia el PSOE tras los últimos acontecimientos vividos en España han perjudicado a esta coalición formada por PSM, Esquerra Unida, Els Verds y ERC. Las cuatro formaciones políticas, por separado, consiguieron hace cuatro años más votos que ahora en coalición. Y había muchos menos electores. La experiencia, por lo tanto, ha fracasado.
Una de las sorpresas de la noche electoral ha sido Unió Mallorquina. Los nacionalistas iniciaron la carrera electoral como si fuera un trámite, conscientes de sus limitaciones. Sin embargo, la formación que lidera Maria Antònia Munar ha aguantado el tipo y ha conseguido más votos que hace cuatro años. El objetivo de UM, por lo tanto, se ha cumplido.