El año pasado Semana Santa fue entre los días 14 y 20 de abril, a diez días del inicio oficial de la temporada alta. Esto animó a 23 hoteles con 8.500 plazas a abrir las puertas y aguantar el tirón. Éstos se sumaron a los 20 ya abiertos en invierno para atender al Imserso principalmente. El presidente de la Federación Hotelera, Pedro Matutes, explicó ayer que este año la Semana Santa se ha adelantado considerablemente, del 5 al 11 de abril, a dos semanas largas del inicio de la temporada, lo que ha animado a menos hoteles grandes a abrir. A la veintena de hoteles que abren en invierno se sumarán otros 27, tres más que el año pasado, pero que ofrecerán menos plazas: 6.500 (2.000 menos).
La explicación es simple. Sólo se «atreven» a abrir los hoteles más pequeños, que son los que mejor pueden aguantar hasta el inicio de la temporada. «Abrir un hotel grande puede resultar muy costoso», comentó Matutes que se mostró preocupado por el estado en el que los turistas se encontrarán la isla, sobre todo en lo que respecta a la limpieza de playas y finalización de obras.
Por otra parte, expresó su preocupación por las previsiones de cifras de ocupación que manejan los touroperadores británicos y alemanes para la próxima temporada turística y, en especial, por el descenso del turismo familiar. Matutes también se refirió a las declaraciones de Michael Douglas en la feria ITB de Berlín sobre Eivissa y Formentera. «El embajador de honor de Balears deberá tener en próximas ferias un guión donde resalte los valores de cada isla en cualquier contexto», comentó el hotelero, que señaló que esta petición se ha trasladado ya a los responsables de la promoción en Palma. No obstante, matizó que las manifestaciones de Douglas se hicieron desde un contexto «de broma» y no de modo «malévolo».