La Asociación de pasteleros y panaderos de la Pimeef ha enviado sendas cartas a todos los ayuntamientos de las Pitiüses en las que exigen que controlen la venta ambulante de productos alimenticios en ferias y fiestas, que, en muchos casos, no han pasado ni un solo control de calidad o higiene y que presentan unas condiciones higiénicas «deplorables».
Aseguran que en eventos como el mercadillo de Sant Jordi, el de es Canar o la reciente Feria Medieval se venden productos, en muchos casos de dudosa procedencia, que son manipulados por personas que en muchas ocasiones carecen de los permisos necesarios (como el carnet de manipulador de alimentos). Además, gran parte de los productos que se venden no han pasado los controles de calidad habituales y no tienen registro sanitario. «En la Feria Medieval se ha visto hacer pan en plena calle o limpiar pulpo en barreños de aguas sucias», aseguró el presidente de la asociación, Gonzalo González.
El sector advierte de que estos puestos son una «bomba de relojería» ya que se puede dar un caso de intoxicación masiva por un producto en mal estado. En ese caso los afectados podrían pedir indemnización y los Ayuntamientos serían los responsables principales ya que tienen la competencia sobre los mercadillos y están permitiendo estas actividades ilegales en su término municipal.
Este hecho, según la Pimeef, no sólo pone en peligro la salud de los consumidores sino que supone una competencia desleal para el sector del comercio y la alimentación, cuyos profesionales y materias primas son sometidos a toda clase de inspecciones sanitarias y de comercio y que incluso reciben sanciones si incumplen alguna norma. Con la carta, el sector de pastelería y panadería espera que los ayuntamientos ejerzan un control exhaustivo y real.