Los alumnos del colegio público Guillem de Montgrí presentaron ayer
por la mañana los trabajos de cultivo que han realizado durante
todo el año en su huerto ecológico y que desde hace dos semanas
están dando sus frutos.
Lechuga, cebollas, fresas, patata roja, patata ibicenca, acelga y
otros vegetales conforman la producción de este quinto año de
cultivo que los estudiantes de los ciclos infantil, primaria y
educación especial realizan aconsejados por jardineros de la
Cooperativa Agrícola de Sant Antoni que les enseñan a manipular los
secretos que encierra la creación de la naturaleza. La conciencia
ecológica es, según el consejal de Medio Ambiente, José Ramón
Serra, «una apuesta a futuro que acerca a los niños a aprender de
donde provienen las frutas y verduras porque muchos de ellos viven
en pisos y no ven vegetales más que en los cajones del
supermercado». Además del Guillem Montgrí, los centros de educación
de Sant Rafel, Can Coix y Cervantes también disponen de huertos
ecológicos en sus instalaciones.
Minutos antes del mediodía, los pequeños de segundo de primaria
fueron los encargados de representar a todo el colegio mostrando
sus dotes de jardinería, y lo hicieron recogiendo fresas de todos
los tamaños y mostrádose entre ellos a ver cuál era más grande o
más pequeña, sin olvidar que algunos se las comían de primeras y
sin lavarlas a pesar de los constantes consejos de sus profesores.
Momentos después, una merienda para grandes y chicos dio lugar a
los agradecimientos que el alcalde, José Sala Torres, expresó hacia
Vicent Prats, miembro de la Caja de Ahorro del Mediterráneo (CAM),
por la financiación y el apoyo que hace posible afrontar los gastos
de mantenimiento de este proyecto el cual, según el alcalde esperan
«mantener y ampliar para continuar introduciendo a los alumnos en
este mundo de la jardinería y la ecología».
Tampoco faltó la broma por parte de consejal José Ramón Serra, que
aseguró que de esta forma, los alumnos más pequeños «no seguirán
creyendo que las frutas y verduras crecen en los cajones del
supermercado».
L. Aversa