F e a partir de las cuatro y media de la tarde de ayer cuando la esencia de Eivissa comenzó desfilar por la prestigiosa pasarela Gaudí de la mano de Rubén Perlotti, el primer diseñador residente en la isla que participa de un certamen de estas características.
Lucidos por modelos de la talla de Martina Klein y Arantxa Santamaría, los 17 trajes que Perlotti diseñó inspirado en sus «viajes imaginarios» fueron por un momento los protagonistas absolutos de la decimocuarta edición de 'Gaudí Novias 2004' reunidos en una exclusiva colección nupcial titulada 'Itineris 2005' que el diseñador creó inspirándose en diferentes culturas. Colores que obedecen a los hielos árticos escandinavos, al lejano oriente y al norte de Àfrica confluyeron con los del Mediterráneo. Ésta fue su última inspiración, y su sorpresa mejor guardada materializada en tonalidades corales y turquesas con las que recogió la magia de los fondos marinos en un traje bautizado como 'Itineris. Sueño de una noche de verano en Eivissa'.
Los colores marfil, cava, piedra y arena impregnados en tejidos nobles y de alta tecnología, como son el jackard, la organza metalizada, el chiffón, el origami de papel y el satén, todos ellos de seda natural, también tuvieron su momento de esplendor ante los 300 medios de comunicación nacionales e internacionales que, especializados en moda, cubrieron el evento.
Arropado por un numeroso grupo de amigos entre los que se contaban otros diseñadores de la isla como Charo Ruiz, Perlotti aseguró que no esperaba «que todo fuera tan impactante y con tanta repercusión». Las felicitaciones que el diseñador recibió por parte de la prensa nacional y extranjera también le sirvieron de baremo en un gesto que calificó como «espectacular ». Si bien lamentó que la modelo afincada en la isla Verónica Blume no hubiera podido asistir «por un percance de último momento», Perlotti aprovechó para recordar a las instituciones «que este desfile es una muestra de que deben apoyar con mayor interés la industria de la moda en Eivissa». L.A.