Eduardo David es un actor que desde el año 98 está representando «3 Monólogos de risa», con 450 actuaciones a sus espaldas, pero este cómico argentino ha trabajado también en culebrones televisivos. La obra está teniendo gran éxito de público, lo que «no deja de sorprenderme todavía», comenta el actor.
-¿Cómo se define como cómico?
-Soy un actor cómico más que un cómico. Yo me considero como un
cómico basado especialmente en la actuación y en la creación de
personajes. Me divierto mucho en mi trabajo pero uno logra después
de mucho tiempo divertirse junto con el público. O sea, divertirse
por qué y para qué el público se divierta.
-«3 Monólogos de risa» están definidas por ser humor negro argentino. ¿Cómo es ese tipo de humor?
-Nosotros, los argentinos tenemos mucha costumbre de reírnos de todo. Este tipo de humor es aquél que se dice como cualquier cosa pero que es un poco bestia. El humor negro es, sobretodo, autocrítico. Además, se dice que el humor nace de las dificultades, y los argentinos, que hemos pasado muchas, nos consideramos ingeniosos.
-¿Y el humor inteligente?
-Es el humor de segundas intenciones y cuando yo no te estoy
diciendo el chiste el chiste está en tu cabeza. Es una
colaboración, una asociación entre lo que yo digo y lo que tú te
imaginas. Hoy, desgraciadamente, se le dice humor inteligente a
cualquier cosa.
-¿Cree que un cómico tiene una visión distinta de la realidad que el resto de los mortales?
-Yo creo que no. Simplemente hacemos otro trabajo. Yo, por ejemplo, estoy haciendo una base de datos de chistes, lo que te obliga a una cierta gimnasia mental diaria. El cómico busca de la realidad. Lo mío es un oficio; es un trabajo que se aprende haciéndolo, pero que para hacerlo tienes que haberlo aprendido. Es la pescadilla que se muerde la cola. Lo que hacemos no es ver la realidad de otro modo, sino que se ve, se busca de la realidad el material de trabajo.
- ¿Algo que le haga reír siempre?
-Los monólogos de Gila, con ese tipo de humor tonto que siempre te
sorprende. Para mí, Miguel Gila es el más grande de los humorista
que ha tenido España.
-¿Qué no le hace reír nunca?
-Si algo no me divierte es el chiste hortera o eso de tomar el pelo
en la gente en la calle. Me irrita y me molesta mucho que la gente
tome el pelo sin que el otro lo sepa, y que se rían de esas
situaciones. Éso no es humor. C.V.