El puerto de la Marina no sería lo mismo sin la existencia del
mercadillo hippy. La gran mayoría de estos diez comerciantes lleva
muchos años trabajando aquí. Desde Jaime o Marta, que llevan
treinta, hasta Tatum, la más joven de todas y que sólo lleva un año
al frente de su puesto, han visto y ven año tras año, unos con
mayor experiencia que otros, cuál es el tipo de visitantes que
veranean en la isla. Han llegado desde todos los rincones del
mundo: hay uruguayos, argentinos, italianos y marroquíes. Son
veteranos en el trato con los clientes y en saber qué tipo de
turismo llega a Eivissa pues por allí pasan a diario multitud de
gente; además formar uno de los centros neurálgicos del comercio,
todos coinciden en afirmar que la temporada este año no ha ido del
todo bien y, sin duda, prefieren un turismo menos masificado pero
con mayor nivel adquisitivo. Así, han notado que aumenta el regateo
para intentar comprar el producto al más bajo coste posible. Aunque
no son políticos, ellos saben muy bien que cantidad no es sinónimo
de calidad. En estas dos páginas exponen sus recuerdos,
experiencias y opiniones sobre un mercado que ha determinado el
puerto de Eivissa.
Texto: Consuelo Vázquez. Fotos: Arguiñe Escandón.
'No nos valoran y somos los que hemos levantado el puerto'