El grupo Gent Jove es un movimiento de jóvenes que intenta vivir la
fe en grupo y seguir caminando juntos para ver que no están solos y
que todavía hay personas que siguen la fe. Este año celebran sus
25º años de existencia en Eivissa con cierta satisfacción por
continuar con su trabajo.
El grupo surgió en una cafetería de la mano de un grupo de gente
joven que sentía la inquietud de seguir a Jesús de otra forma, en
grupo, y compartir sus creencias entre ellos. El sacerdote Don José
Bonet fue el fundador y la sede, la parroquia de Santa Cruz. Además
de él, a lo largo del tiempo han ido pasando otros como el hermano
Vicente, Sergio Requena, y en la actualidad, desde hace dos años,
está como director Juan Antonio Cuesta. Desde hace algún tiempo, el
grupo Gent Jove no está a cargo de sacerdotes pero está Manolo
Ortiz, secretario del obispo, en representación de la figura
sacerdotal y el que se ha encargado de él.
Una vez se crearon los estatutos necesarios y las estructuras del grupo, se empezaron a realizar las actividades que irían configurando la fisionomía del grupo Gent Jove que llegó a tener trescientos socios. La realización de revistas, teatros, festivales, diadas deportivas, la preparación de la misa de los domingos con la organización del coro y la selección de las lecturas y excursiones, fueron y son los talleres que han venido realizando . La gran actividad es la acampada de septiembre en Es Cubells, que desde hace unos años se llama «Encontre» organizado por la delegación de Juventud. Simboliza el final del curso y una forma de profundizar en la fe presentando unos temas de reflexión que varían cada año. El lema de este año ha sido «Jóvenes nuevos para un mundo nuevo» mientras que el primero fue «Sólo para valientes».
El número de socios ha ido reduciéndose con el tiempo: de los
trescientos de los comienzos han pasado a cuarenta socios en la
actualidad. A través de los jóvenes de confirmación y de la primera
comunión, Gent Jove se ha ido abasteciendo y al ser menos los que
se confirman, las posibilidades de ampliar la nómina disminuye
considerablemente. Para Vicente Ribas, miembro del grupo y
seminarista, esta reducción se debe a que «a la gente joven le
cuesta mucho el tema de la religión, pero en la línea que se sigue
no es un mal número». Pese a ello, considera que no es un
movimiento muerto. Sigue teniendo sus miembros, además de ayudar al
movimiento junior, jóvenes en edad de tomar la comunión.
Durante algún tiempo, se les recriminó mucho ser cerrados e ir
aparte del resto de la sociedad, cuando en realidad, «lo que
intentamos es ser jóvenes dentro de la sociedad pero que viven con
un espíritu diferente: como cristianos pero sin querer aislarnos
del resto», dice Ribas. C.V.