El deterioro en el que se encuentran algunas de las calles de Dalt Vila ha llevado al Consorci Eivissa Patrimoni de la Humanitat a proyectar un plan en cuatro fases que contempla la remodelación del pavimento y la adaptación de los servicios de alcantarillado, pluviales y alumbrado público de las once vías del barrio en peor estado. En concreto el proyecto, ahora sólo un avance, contempla el arreglo de las calles Sant Josep, Santa Anna, Costa Vella, Escala de Pedra, Sant Antoni, Santa Llúc\011a, Sagrada Família, Costa Padilla, l'Hospital, la Soledat y la Esperança, aunque, de momento, sólo se harán las cinco primeras.
En la junta rectora del Consorci del pasado jueves se acordó destinar las partidas de más de un millón de euros que inicialmente eran para el Castillo a diversas actuaciones, entre ellas, a la ejecución de las dos fases del proyecto que abarcan estas cinco vías, consideradas las más prioritarias y las que a más vecinos afectan. Esta semana, el Consorci se reunirá con el arquitecto que elaboró el primer estudio para que realice los proyectos concretos para estas calles con el objetivo de llevarlos a cabo durante este invierno.
El presupuesto para la ejecución material de estas dos fases, según el avance, es de 348.560 euros, aunque es probable que el coste final aumente.
La primera fase, valorada en 174.660 euros, supondrá remodelar y adaptar la red de servicios y la pavimentación de las calles Santa Anna y Sant Josep. Una intervención muy similar se realizará en la escalera que une la calle de sa Penya con la Plaça de Vila y en las calles Costa Vella y Sant Antoni. En este caso la ejecución de las obras está presupuestada en 173.900 euros.
La intención del Consorci es que el resto de fases se lleve a cabo cuando la junta rectora apruebe las cuentas del trienio 2005-2007. Además, con el dinero del que todavía dispone este organismo procedente de los fondos que en principio eran para el Castillo está previsto también llevar a cabo la renovación del pavimento y las infraestructuras de las calles Antoni Marí Ribas y Plàcid Pereyra, en el barrio de la Marina.