El Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN) exige la dimisión del alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, y el resto de concejales que forman el equipo de gobierno porque «han firmado conjuntamente la pena de muerte contra los pocos rincones sin cemento que queden en la ciudad». «Todos ellos han actuado como cualquier político sin principios: habían prometido una cosa y ha hecho justamente la contraria, perpetrando una traición y un engaño sin matices», dice el GEN, en alusión a la aprobación inicial del PGOU y la urbanización de ses Feixes, en un artículo de opinión que pública hoy este periódico en la página 24.
La consellera del Pacte Fanny Tur dimitió la pasada semana precisamente por la traición de los partidos minoritarios del Pacte, que hace poco decían que no tolerarían la urbanización de ses Feixes y finalmente votaron a favor de ello a pesar, además, de que los propietarios también rechazan los planes del Consistorio.
Los ecologistas no se explican por qué ha variado tanto el PGOU de Eivissa respecto al avance aprobado hace un año en el que ses Feixes d'es Prat de Vila y es Prat de ses Monges, Can Escandell y Cas Mut aparecían como suelo rústico. «No era perfecto, pero al menos se respetaban los espacios que aún están libres de cemento», dice el presidente del GEN, Joan Carles Palerm.