En enero de 1997 un belga residente en Eivissa llamado Herwig Van Dromme levantó la voz de la alarma y convocó una reunión a vecinos y asociaciones ecologistas para tratar que la línea de media tensión proyectada por Gesa en aquella zona, la llamada Línea Misa, fuera soterrada. Algo a lo que la compañía se opuso por distintas razones presupuestarias.
Durante varios los vecinos organizaron actos de protesta, manifestaciones y diversas reuniones con la conselleria de Industria, que según denunciaba ayer Amics de la Terra, «no dieron ningún resultado». La protesta fue más allá e incluso se llegaron a presentar denuncias contra Gesa en el Tribunal Superior de Justicia de Balears.
Durante estos años la plataforma insistió en que no hacía falta pagar indemnizaciones si la instalación transcurría por la propia carretera y que los problemas técnicos se podrían solucionar como se solucionan en otros países europeos sin tanta dificultad.
Amics de la Terra se congratuló ayer por el hecho de que esta instalación ya se esté realizando tal y como recomendaba la plataforma y que «la línea pasará por el torrente principal que alimenta el río de Santa Eulària, algo que Gesa siempre ha rehusado, argumentando que sería técnicamente imposible».
Los ecologistas lamentan que las obras no hayan sido anunciadas públicamente por las instituciones y sospechan «que el PP quiere evitar animar a los movimientos cívicos, que se alimentan de estas victorias».