Las tradiciones de Nochevieja cambian en cada punto del planeta y
muchas veces viajan con las personas, enriqueciendo así las
celebraciones de otras culturas. Esto hizo la comunidad ecuatoriana
en la bienvenida del 2004 y lo volverá a hacer a las seis de la
mañana del 2005, horario que coincide con la medianoche en su
país.
Se trata de la quema de un gran muñeco de papel, costumbre que
llevan a cabo entre familias y grupos de amigos en diversas
regiones del país como Quito y Guayaquil. En Eivissa es el joven
Edwin Velasco quien continúa la tradición creando este muñeco de
más de un metro y medio de altura con la estructura hecha de madera
y rellenos de papel: «Es una tradición para que el Año Nuevo sea
mejor para todos», explica Edwin, que recuerda el éxito de la quema
de año pasado: «La gente se esperó hasta el final. Creo que éramos
como 200 personas y no sólo ecuatorianos, también gente de Colombia
y de mucha de España».
Edwin asegura que en Ecuador al muñeco se le cuelgan testamentos
en el que amigos y familiares se desean buenos augurios unos a
otros: «Aquí no lo hacemos porque las relaciones que tenemos con la
gente no son tan cercanas como en mi país».
El muñeco siempre lleva una máscara «que allí se venden
especialmente para las fiestas y que tiene que ver con cosas que
hayan pasado, con personas de la política o el espectáculo»,
explica el joven al, que no le fue fácil encontrar una cara para su
muñeco ibicenco y ha tenido que conformarse con la del ex
presidente Aznar: «El año pasado creo que quemamos la de algún
ministro».
L.A.