Decenas de Quijotes, Dulcineas y Sanchos, un vagabundo bebiendo de un cartón de vino gigante dentro de un contenedor, piratas armando jaleo en una taberna y los verdes soldados de plástico triunfadores también en Eivissa el pasado domingo haciendo sus posiciones de combate y llevándose de nuevo el primer premio. La Rúa de Carnaval de Sant Antoni de Portmany fue alegre, colorida y contó con una gran participación. A pesar de ser día laborable fueron muchas las personas que recorrieron el paseo del Puerto con su comparsa, pareja o individualmente. Una gran nube de color negro cubría el horizonte y la temperatura era bastante fresca, pero a pesar de ello el público pudo ver por unos momentos el sol. O muchos soles, los que formaban parte del verano en la representación de las cuatro estaciones que realizó el colegio Can Coix.
Un enjambre de avispas ibicencas revoloteó entre las farolas mientras que los piratas de es Vedrá le hacían la competencia a los de la taberna. Los Increibles de Disney también se pasaron por allí, seguidos de las gitanas de Sant Agustí, a la vez que la Semana del Mar sacaba sus embarcaciones a navegar sobre el asfalto. Hubo tiempo para la cultura, con un montón de libros y letras de una biblioteca andante y con los pueblos del mundo y sus razas paseando por allí. Una pequeña sesión de fuegos artificiales tuvo lugar en el paseo mientras que alguno aprovechaba para hacer reivindicaciones relacionadas con su orientación sexual, como unos que querían salir del armario o un musculoso sadomasoquista vestido de cuero que sobre una moto «buscaba de todo y pegaba poco». Entre los monstruos y vampiros de rigor de todo desfile bailaban los abanicos de colores, mientras que una especie de gnomos cabezudos que se autoproclamaban grandes arrancaban las risas del público con sus caricaturescos movimientos. Fue una Rúa de gran éxito con la que no pudo el mal tiempo. I.M.