Sant Antoni celebró ayer su procesión en honor a la Virgen del Carmen. Unos festejos menos multitudinarios que los que tuvieron lugar el sábado en Eivissa, pero que ganaron en colorido por los grupos que intervinieron en ellos. La misa que se celebró en la iglesia de la localidad contó con la animación de un coro rociero que cantó salves en honor de la Virgen. Al término de la ceremonia religiosa, a la que asistieron diversas autoridades, comenzó el desfile por las calles del pueblo. Abría la comitiva la colla de ball pagès haciendo sonar sus instrumentos, los cuales se confundían con las de la banda que iba detrás tocando sus canciones. Curioso contraste el proporcionado por la mezcla de elementos puramente pitiusos con otros más propios de la cultura andaluza y su semana santa, el cual no pasó desapercibido para muchos de los turistas, que presenciaron con atención el paso de la imagen.
La procesión terminó con el embarque de la imagen para desde el agua realizar la tradicional ofrenda floral. Iván Muñoz