Los 25 años que Cayetana de Alba lleva veraneando en la isla quisieron ser premiados por las máximas autoridades locales a través del Premio Tanit, que reconoce la importante promoción turística que realiza la duquesa como distinguida y asidua visitante de las Pitiüses.
La aristócrata cumplió el deseo de los políticos ibicencos y aceptó este galardón que, según aseguró, guardará en el estudio de la finca que posee en Cala Salada (Sant Antoni) bautizada como S'Aufabeguera que significa albahaca en catalán.
La duquesa de Alba llegó a la sede del Consell Insular de Eivissa y Formentera puntual para el encuentro, a las 12,00 horas, luciendo un conjunto de camisa blanca bordada y estampada de colores y una falda de estilo hindú en tonalidades cálidas que combinaba con unas bambas con pedrería en el calzado, todas prendas que, según dijo, adquirió en las tiendas de la ciudad.
Fue recibida por el conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, que la esperaba en el hall del edificio con un ramo de flores para acompañarla momentos después al despacho del presidente del Consell, Pere Palau, espacio en el que tuvo lugar la modesta ceremonia de entrega.
Allí presentes estaban también otros miembros del equipo de gobierno como la consellera de Cultura, Carolina Torres, el conseller de Nuevas Tecnologías, Diego Guasch, el alcalde de Sant Antoni, José Sala, el conseller de Turisme, José Torres, y la consellera de Participació Ciutatana, Carmen Domínguez.
Tras recibir el busto de bronce de la diosa Tanit, galardón inspirado en la deidad fenicia de la isla, protectora de la fertilidad, la duquesa aseguró que la conservará por siempre y lamentó que su marido, el malogrado Jesús Aguirre, no la acompañara en este momento «porque le encantaba esta isla que no se compara con ninguna».
«Lo que más me gusta es Formentera y la ciudad de Eivissa», comentó Cayetana de Alba sobre sus rincones preferidos de esta tierra, y afirmó que la última semana la disfrutó junto a sus nietos mellizos Amina y Luis, hijos de Cayetano y Genoveva Casanova. Y aunque señaló que mima mucho a los pequeños, se justificó al asegurar que «las madres son las que tienen que enseñar y las abuelas son las que miman y les maleducan».
Junto al premio, la duquesa recibió una medalla y un diploma, que desde ayer se suman a los muchísimos galardones que la reconocen como 'embajadora' de otros lugares de España y del mundo: «Están todos colocados en mi estudio entre Sevilla y Madrid, pero éste se va a quedar aquí», dijo.
La duquesa se quedará en Eivissa hasta el próximo martes, isla en la que sólo pasa unas semanas al año porque sus hijos la reclaman en otros destinos durante las vacaciones.
El brindis tampoco faltó en este encuentro, y aunque la duquesa señaló que no solía beber alcohol, aceptó una copita de champagne para brindar con las autoridades locales.
Primera edición
El Premio Tanit fue creado por decreto este mismo año y está
dedicado a aquellas personas que con su proyección laboral,
profesional o social enriquecen la tierra, la historia y la gente
de las Pitiüses. La ceremonia oficial tuvo lugar el pasado 7 de
agosto y el premio fue entregado a otras 9 personalidades
reconocidas a nivel local y nacional. La gran ausente de se
encuentro fue la duquesa de Alba, que no asistió por coincidir con
su onomástica, que por esos días celebraba en su residencia de
Sevilla. Pero Cayetana de Alba aseguró que vendría y ayer cumplió
para convertirse con este premio, en ilustre 'embajadora' turística
de las Pitiüses.
Luciana Aversa