El presidente del Consell, Pere Palau, aseguró ayer, en el discurso que ofreció con motivo del acto institucional conmemorativo del 27º aniversario de la Constitución, que las Illes Balears «deben aprovechar el proceso de reforma de Estado abierto en la actualidad» para dejar de ser «una Comunidad Autónoma de segunda categoría» y «reclamar su sitio, siempre en el marco de la Constitución y del consenso», en el que haya una respuesta a las necesidades actuales de la comunidad y «a asuntos fundamentales como la insularidad, la mejora de la financiación, la defensa de la lengua y la conservación del patrimonio». Asimismo, Palau subrayó que cualquier actualización o modificación que se lleve a cabo en la Carta Magna se debe realizar «en el marco de la igualdad y la unidad entre comunidades y se debe afrontar siempre bajo la premisa del respeto, la pluralidad y la igualdad de todos los ciudadanos de esta nación». Para el presidente de la máxima institución pitiusa los cambios en el texto constitucional «pueden ser positivos, sobre todo cuando suponen un reflejo de nuestro progreso y no vulneran los Derechos fundamentales», aunque, remarcó, cualquier modificación que se realice «debe ser siempre fruto del acuerdo de todos los españoles, y en aras a consolidarnos como un territorio unido y unificado». «El futuro de España y de su Carta Magna es únicamente decisión de los ciudadanos, españoles, no de partidos políticos, ni de intereses políticos», sentenció, antes de terminar su discurso con un enérgico «¡Viva la Constitución!».
Por su parte, el director insular de la Administración General del Estado, José Manuel Bar, en un tono conciliador y menos reivindicativo, manifestó que la Constitución «es una norma pensada y abierta al futuro que combina un equilibrio necesario entre la estabilidad para los aspectos fundamentales como la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, y la apertura al cambio para mejorar las instituciones y acercarse al ciudadano».