Conseguir cocinar un cuinat, el plato ibicenco por excelencia de la Semana Santa, no es nada fácil hoy en día. Algunos de sus ingredientes son difíciles de conseguir y, con el tiempo, se han vuelto caros. Es el caso de la colleja, que en ibicenco se conoce como verdura, una planta silvestre que cada vez escasea más en el campo pitiuso. Tampoco se encuentran en todas partes las guixes, una legumbre imprescindible para hacer este cocido, que lleva también habas peladas, acelgas, dientes de ajo, hojas de hierbabuena, ñoras y pimiento rojo.
El restaurante Can Alfredo es uno de los pocos que elabora este plato, que habitualmente se cocina en muchas casas ibicencas el Jueves Santo. Los encargados de prepararlo son Catalina Riera y Antoni Torres, que ayer por la mañana tardaron alrededor de dos horas en cocinar una enorme olla que probablemente un año más no será suficiente para la gran demanda que tienen. «No hacemos más porque se ha convertido en un plato caro y además da mucho trabajo», explicó ayer Catalina, que este año le ha comprado la verdura a un payés por 12 euros. «El problema es que desde que se labra con tractores y no con arada tradicional, la verdura no crece tanto», aclaró Torres, que recuerda que hubo unos años en que incluso se tuvo que traer de la península. Para ir bien, las acelgas también deberían ser silvestres. «Antiguamente todo el mundo podía encontrar los ingredientes en el campo, en su casa, ahora es más difícil», subrayó Catalina, que atribuye el origen de este plato a la economía de subsistencia en la que vivió la isla durante años. Ecuinat se sirve con un chorro de aceite crudo y limón. También se le puede añadir picante. C. Roig