El Observatori per a la Convivència Escolar implantará el próximo curso escolar el plan de convivencia escolar, que comenzará a aplicarse de forma piloto en un determinado número de centros, para generalizarse en el curso siguiente.
El director del Observatori, Jordi Llabrés, explicó ayer que este plan, que formará parte del proyecto curricular de cada centro educativo, contemplará la constitución de un órgano gestor que actuará en caso de que se produzcan conflictos. «Será el encargado de tomar las decisiones y decidir las sanciones, que vendrán reguladas por una normativa previa dictada desde la Conselleria balear d'Educació», señaló Llabrés.
Este órgano, según explicó, estará integrado por representantes de la dirección del centro, docentes, alumnos y padres.
El plan de convivencia entrará en acción ante casos de peleas o agresiones, moobing, exclusión por raza o sexo y, en general, ante cualquier situación de conflicto que afecte a miembros de la comunidad educativa.
Estos problemas, recordó el responsable del Observatori per a la Convivència Escolar, son resueltos actualmente por la dirección del centro o bien derivados por ésta al Consell Escolar, «pero hay veces en que la dirección se encuentra atada de manos para encontrar una solución, algo que no ocurrirá con este nuevo sistema».