El Consell reiteró ayer que no cederá la gestión del primer cinturón de ronda al Ayuntamiento de Eivissa hasta que no estén finalizadas las obras del segundo cinturón, después de que el Consistorio pidiera el lunes que se acelerara este trámite ya que los trabajos prácticamente han acabado. «Desde el Consell no nos negaremos nunca a que pueda convertirse en una vía urbana y se puedan abrir nuevos accesos como el de sa Colomina y habilitar carriles bici como supuestamente iban a hacer en la Avenida España», remarcó la consellera, que añadió que el consistorio «sabe perfectamente» que no se puede traspasar esta vía hasta que el desdoblamiento de la segunda ronda sea capaz de absorber parte del tráfico de la primera. Recordó además que esta cesión tampoco se hizo, por el mismo motivo, en la legislatura en la que gobernó el Pacte. «Es una cuestión puramente técnica».
Pero la consellera fue más allá y culpó al equipo de Gobierno de Eivissa de ser «uno de los principales responsables de los retrasos» de los trabajos del segundo cinturón, cuya finalización está prevista para noviembre. «Las obras desgraciadamente todavía no han podido acabarse y no es precisamente culpa del equipo de gobierno del Consell», aseguró Matutes, que pidió al Ayuntamiento la colaboración «que hasta ahora no ha prestado». La consellera puso varios ejemplos de trabas puestas por el Consistorio, como el desmantelamiento de la planta de áridos de Can Bufí o la presencia de concejales de Vila paralizando las máquinas. «Hemos visto también a una bibliotecaria y a empleados del Ayuntamiento que en horario laboral han hecho más horas de trabajo para retrasar las obras ante las máquinas que en su puesto laboral», agregó Matutes, que señaló que también se han permitido puestos informativos a los antiautopistas en Vara de Rey o en la fiesta medieval. «Todo ha ocurrido con la complicidad y la complacencia del alcalde de Vila que ahora tiene tanta prisa en convertir la primera ronda en urbana».
Actualmente un elevado porcentaje del segundo cinturón ya está abierto al tráfic, según la consellera, aunque quedan dos escollos importantes: la rotonda de Can Cifre y la de la carretera de Sant Antoni.