El rey Don Juan Carlos de Borbón llegó ayer a la isla en medio de grandes medidas de seguridad para presenciar el Trofeo Baleària Ibiza y Formentera del circuito de regatas Breitling MedCup, en el que participa el velero «Bribón», embarcación de la que es patrón.
El Rey alcanzó ayer el puerto deportivo Marina Botafoch pasadas las 19,00 horas y lo hizo en el instante preciso en el que miles de personas apreciaban desde el mismo puerto, y apostadas a lo largo del dique, el espectáculo aéreo que la flota de aviones Breitling Jet Team ofrecía con motivo de la celebración de la regata.
El monarca español llegó en un Mercedes con lunas negras escoltado por un Audi A6 color gris , y rápidamente embarcó en su yate «Fortuna», que desde el lunes le esperaba atracado en uno de los amarres de mayor calado de Marina Botafoch. Junto a una pareja de amigos, al parecer sus invitados, Don Juan Carlos permaneció durante el resto de la tarde en el interior del yate, y apenas se dejó vislumbrar asomado a una puerta lateral de la embarcación. El motivo de tanto secretismo se debe, según algunos miembros de seguridad, a que ésta es una visita de carácter privado, y como es lógico, por la propia seguridad del Rey.
En este sentido, los cuerpos de seguridad se encargaron de peinar al detalle el puerto desde ayer al mediodía, entre los que se contaban el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), la Guardia Civil del Mar y terrestre, la Policía Nacional y decenas de agentes secretos sin olvidar los registros que las patrullas antiterroristas.
La visita del monarca español se espera desde el lunes, jornada inaugural del Trofeo Baleària, y hoy será una realidad para los participantes del circuito de regatas. Entre ellos se encuentra la tripulación del «Bribón», aunque no esté confirmado que el Rey vaya a competir.
Luciana Aversa