El director de Educación la Conselleria de Cultura y Educación del Consell Insular, Miquel Costa, aseguró ayer a Europa Press que los responsables de las escoletes pitiusas adaptan los menús que ofrecen a los niños de entre 0 a 3 años, a sus necesidades «costumbres religiosas o educacionales», así como a las temporadas «obviando, además, todo tipo de productos precocinados, refinados o con colorantes y conservantes con el fin de acostumbrar su paladar a una dieta sana que prevenga futuros casos de obesidad».
Según Costa, dependiendo del mes del año desde estos centros educativos se preparan platos adaptados a la estación, «por ejemplo, ahora en otoño, se sirven muchos productos frescos y del tiempo como frutas y verduras».
Información
La Conselleria de Cultura y Educación informa diariamente a los padres de todas las comidas que dan a sus hijos. Unos menús que varían en casos concretos cuando los menores sufren alguna alergia, a productos como el gluten la lactosa o productos determinados, o enfermedades como la diabetes.
Las costumbres religiosas también se toman en consideración en las guarderías públicas siempre que los padres de los alumnos lo soliciten «como por ejemplo a los niños musulmanes no se sirve cerdo o a los cristianos los viernes no se les pone carne».
Unos hechos, según Costa, «que no provocan demasiados problemas a los responsables de la cocina porque, el cerdo, por ejemplo, no es un alimento adecuado para los niños tan pequeños (de 0 a 3 años) que inician su inclusión a la carne con pollo o ternera, y, además, durante estos días que se celebra el Ramadán, los pequeños se ven exentos de tener que seguir el ayuno que practican sus padres», concretó el director de Educación.
El Consell gestiona cuatro guarderías ubicadas en Cas Serres, Sant Antoni, Santa Eulalia y Formentera que acogen a 201 alumnos. Hasta el momento, según Costa, no se ha producido ningún problema con las comidas, «ni por parte de los niños ni por sus padres», sino más bien todo lo contrario, ya que, añadía, «los niños que acuden a las guarderías están aprendiendo nuevos hábitos alimenticios». Jugar con los colores y las texturas, es esencial, según el responsable de este área «para inculcarles, además, unas conductas alimenticias sanas que les servirán para toda la vida».