La parroquia de Santa Creu fue ayer el escenario del debut artístico del grupo Mikado cuyos componentes son 16 niñas de edades comprendidas entre los 7 y los 12 años. En este espacio, los asistentes pudieron disfrutar de un espectáculo de una hora de duración en el que las pequeñas demostraron sus habilidades no sólo coreográficas, sino también con instrumentos musicales y solistas. En este sentido, el recital estuvo acompañado de una batería, un teclado y una guitarra que hicieron algunas intervenciones.
«Esto es un avance de lo que será un proyecto más amplio que incluirá un musical infantil que incorporará polifonías y dúos en las voces, ya que por el momento estamos cantando al unísono», explicó Walter Eduardo Real Chicco, director de Bandas Sinfónicas y Coros Municipales de la República Oriental de Uruguay, director del Coro Rociero de la Casa Andaluza y residente en Eivissa desde hace tres años, acerca de un proyecto en el que llevan trabajando un año. Una tarea nada sencilla, según sus profesores, al tratarse de niños «amateur», pero que les puede aportar múltiples beneficios.
«Es fabuloso ver el entusiasmo con el que vienen a clase estas niñas, además esto les hace madurar personalmente y les forma también espiritualmente, porque así les crea ilusiones que seguir en un periodo tan difícil como es la adolescencia», comentó Walter Eduardo, que añadió: «Queremos formar también músicos como conjunto sostén del grupo».
I. L.