B. ROSELLÓ
Más de medio centenar de personas se reunieron ayer a primera hora de la tarde para formar parte de la concentración vecinal que tenía como objeto rechazar el proyecto urbanístico previsto en la zona de Punta Pedrera, entre Port des Torrent y Cala Bassa.
El vallado que apareció hace ahora dos semanas y que ya publicó este periódico despertó la incertidumbre de los vecinos que auguran que en el enclave paisajístico se van a construir un centenar de chalets, tal y como aseguró a este periódico el concejal de Sant Josep, Josep Marí Ribas, Reganes.
Entre las denuncias vecinales hay que destacar que el vallado no cumple con la Ley de Costas y las consecuencias que esta nueva urbanización acarrearía. En primer lugar, la destrucción de dos especies de plantas protegidas (Glaucium luteum y el limonium) y, en segundo lugar, la desaparición de la cantera de marés que existe en la zona con una gran riqueza marítima, entre la que hay que destacar las praderas de posidonia. Por otro lado, los vecinos también señalan que el lugar está afectado por el viento de Tramontana, que hace que las olas alcancen la costa y, en concreto, el lugar donde se ubicaría la futura urbanización. En la concentración también estuvo presente una pareja de agentes de la Guardia Civil, que denunciaron a una de las asistentes por, supuestamente, retirar una valla el día anterior. Por todo ello, la asociación de vecinos de Cala de Bou, que aglutina a unos 6.000 afectados, se reunirá esta noche para decidir las medidas que se van a tomar de aquí en adelante.