Jaume Torres lleva 28 años dedicado al mundo del buceo. Como presidente de la Asociación de centros de buceo de Eivissa y Formentera (Pimeef), asegura que uno de los mayores logros de esta agrupación, con diez años de experiencia, es la nueva ley que permite practicar submarinismo a los niños mayores de 8 años. También suma a la lista de objetivos conseguidos el consenso entre las empresas para hacer una promoción colectiva, un hecho que se podrá ver a partir de mañana en la II Semana del Buceo Scubaweek. Serán siete días de ponencias y actividades enfocadas al medio ambiente y al patrimonio cultural pitiuso, que pretende atraer no sólo a profesionales del sector sino también a todos aquellos que aún no se han sumergido en el fascinante mundo de la vida submarina.
-¿Qué se pierde todo aquel que nunca haya hecho buceo?
-Muchas, muchas cosas. Por eso valdría la pena que la gente venga a las ponencias y vea lo que se está perdiendo. O mejor dicho, a disfrutar de lo que nosotros disfrutamos.
-¿Y cómo es el mundo submarino?
-Bueno, bajo el agua es como la tierra, tienes tres dimensiones: la fauna y la flora, que son muy ricas y variadas. Y en contra de lo que mucha gente piensa, el mar tiene sus sonidos característicos y además mucho colorido. Por eso, otra de las cosas que ofrecemos en las jornadas es el concurso de fotografía, porque la idea es que la gente que ha estado bajo el agua pueda enseñar a los que nunca han buceado todo lo que pueden ver.
-Una de las novedades de este año es precisamente este concurso de fotografía ¿Cuál es el objetivo?
-Lo que buscamos es fomentar un hobbie que ya existe y, aprovechando que muchas personas tienen esa afición, promocionar desde las imáganes. Porque Eivissa es poco conocida aún como destino de buceo y nuestra meta es fomentar esta parte de la isla que no está divulgada. Hay un potencial muy grande en cuanto al buceo en concreto porque es una actividad que puede hacer prácticamente cualquier persona. La gente que lo practica encuentra que es una actividad muy gratificante y se puede hacer en familia o en grupo.
-Dices que prácticamente cualquier persona puede bucear, ¿qué condiciones, sobre todo físicas, tiene que tener alguien que nunca a practicado buceo?
-Primero debe tener una salud normal. Sí es verdad que hay ciertas incompatibilidades con el buceo si tienes problemas cardíacos o de pulmón, pero para eso siempre se hace un chequeo médico previo. A partir de ahí no se requiere una forma física determinada porque se empieza con muy poco esfuerzo y es una actividad de poco estrés, es más, está recomendada para gente que está estresada.
-Como presidente de la asociación de centros de buceo ¿cuál dirías que ha sido vuestro mayor logro?
-El mayor logro ha sido conseguir la ley que permite que los niños mayores de ocho años puedan bucear. El caso es que ya había una demanda social y no había una normativa que lo permitiera, es más, estaba prohibido hasta la edad de 16 años. Pero claro, era una normativa que venía del 69 y estaba obsoleta, y en todo este tiempo los sistemas de enseñanza y seguridad ya habían mejorado. Entonces era una incrongruencia que en Eivissa, un destino turístico, los niños no pudieran practicar este deporte.
-Por eso algunas de las actividades de las jornadas están dedicadas a los más jóvenes...
-Sí y para ello contamos con el apoyo de un grupo de deportistas de la Escola Balear de l'Esport que son los actuales campeones de España en la categoría juveniles.
-Uno piensa en buceadores y cree que ya son respetuosos con el medio ambiente. Sin embargo, ésta es una de las ideas centrales del programa ¿Porqué?
-Bueno, la verdad es que hay que concienciar a los buceadores también porque el buceador es una persona a la que le gusta contemplar al medioambiente y se supone que tiene que respetarlo, pero a veces tiene poca formación. Entonces, lo que hay que dar desde todos los centros de buceo es calidad y eso significa que el buceador sepa bucear, disfrute y que sea respetuoso con el medioambiente y el patrimonio. Sobre todo en el caso de que encuentre un resto de arqueología sepa qué hacer, y que no es cogerlo y llevárselo a su casa.
lLuciana Aversa