La jornada de convivencia empezó pronto. Cerca de las 09'30 horas del día de ayer, unos 20 monaguillos de las parroquias del Roser, Sant Agustí, Sant Jordi y San Pablo se reunían en la casa de la espiritualidad de es Cubells para disfrutar de una jornada de convivencia de lo más variada. «Han hecho juegos de presentación porque muchos de ellos no se conocían», afirmó Vicent Ribas, párroco de Santa Gertrudis, Sant Mateu y Sant Miquel y delegado de vocación que asistió a este acto junto con el párroco de Sant Agustí y también delegado de vocación Àlvaro Enrique González.
Poco después de las presentaciones, los muchachos vieron una de las películas más conocidas de la historia del cine español, Marcelino pan y vino. Tras el filme llegó el tiempo para el ocio y el deporte con un partido de fútbol entre los muchachos. Según explicó Vicent Ribas, el objetivo de esta jornada de convivencia, que se celebra cada año, es hacer comprender a los chicos la importancia del papel del monaguillo en la Iglesia: «Su función es ayudar al sacerdote en el servicio del altar; desempeñan una labor muy importante porque ayudan a que la celebración transcurra bien y a la gente le gusta mucho ver que en el altar hay niños porque dan mucha alegría en todas las celebraciones». Y añadió: «Nosotros estamos muy contentos y agradecidos a los niños; con esta jornada pretendemos transmitirles la importancia de sus actuaciones en las iglesias». La jornada concluyó con unas representaciones de diferentes pasajes de la Biblia. l María José Real